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El coleccionista de sonidos (Blog de música española)

Loquillo, "Balmoral" (2008)

Loquillo, "Balmoral" (2008)

Todo el mundo sabe que Loquillo fue un icono del rock español de los 80.
Lo que no tantos conocen es el gran trabajo que el Loco desarrolló en los 90.
Cinco discos con los Trogloditas, demostrando que el grupo seguía vivo a pesar de la marcha deSabino Méndez, guitarrista y compositor de la mayoría de los grandes éxitos de los 80. ("Hombres" 1991, "Mientras respiremos" 1993, "Tiempos asesinos" 1996, el directo "Compañeros de viaje" 1997, y una de las cimas del Loco, "Cuero español" 2000).
Dos discos musicando poetas, de la mano de Gabriel Sopeña. ("La vida por delante" 1994, "Con elegancia" 1998).
Y un disco de jazz, a la manera del mítico "Rat Pack", ("Nueve tragos" 1999).
A juzgar por la cantidad y la calidad del trabajo, se puede afirmar que la de los 90 es la época de mayor esplendor creativo de Loquillo, muy por encima de la de los 80, pese a que esta sea la más mitificada.

Después Loquillo empezó el nuevo siglo un poco duvitativo. "Feo, fuerte y formal" (2001) y "Arte y ensayo" (2004) son dos buenos discos y contienen alguna muy buena canción, pero distan mucho del material entregado anteriormente y de lo que cabe esperar de un artista como el Loco.
Tras esos dos discos, el Loco tomó impulso con "Mujeres en pie de guerra" 2004, un disco excelente al que únicamente se le podría achacar cierta escasez en su presupuesto.
Posteriormente grabó el impecable (e imprescindible) doble directo "Hermanos de sangre" 2006, que a la postre supuso el acta de defunción de Los Trogloditas, banda que no censervaba ya ninguno de sus miembros originales, y que en un acto de coherencia, se discolvió tras telonear a The Who y The Rolling Stones.

Y en esas circunstancias, Loquillo nos entrega Balmoral, un disco soberbio que nos devuleve al Loquillo de las grandes ocasiones.
Sería absurdo que a estas alturas el Loco intentase igualar los discos de rock furioso que grabó en los 80 y en los 90. Con la edad que tiene, no saldría bien parado; Se convertiría en una caricatura, en una mala copia de sí mismo.
Pero sí puede grabar canciones de rock adulto. Quizás suene más pausado, pero al menos es creíble. Y así es como suenan "Memoria de jóvenes airados", "El creyente", "Línea clara" o "Cruzando el paraíso", en la que canta a dúo con su admirado Johnny Halliday (que es sustituido por Calamaro en la versión para Sudamérica del disco).

Por primera vez, Loquillo reune en un solo disco a todos los personajes que ha interpretado a lo largo de su larga carrera.
En Balmoral está el rockero. Adaptado a su edad, pero rockero al fin y al cabo.
Pero también está el que adopta un tono más cercano al cantautor. Muchos momentos del disco hunden sus raíces en los discos de poetas o "Mujeres en pie de guerra".
De la misma manera que "Vintage" encuentra su génesis en el jazzístico "Nueve tragos".

Pero en este disco no sólo se dan cita todos los Loquillos que hemos conocido hasta la fecha. También lo hacen todos los compositores que han trabajado para él. De Carlos Segarra a Igor Pascual, pasando por Gabriel Sopeña, Jaime Urrutia o el poeta Luis Alberto de Cuenca.
Y un último compositor al que le reservamos un punto y aparte, porque él (y la leyenda) lo merecen: Sabino Méndez, que después de tantos años vuelve a escribir una canción para Loquillo ("Sol").

Una vez más, Loquillo demuestra que es una apuesta segura, que a pesar de los años mantiene intacta su capacidad de sorpresa. Y lo que a él más le gustará: cierra la boca de los que le daban por muerto.
Como él mismo escribía hace ya muchos años: "A nuestros enemigos, porque ellos nos dan la fuerza para seguir adelante".

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